Y es que cuando los días son oscuros por miles de razones, siempre hay un rayito de luz que viene a iluminarlo. Y esta vez…¡Tacháááán! El mayor nos vuelve a sorprender.
   Como te he espoileado en el título, ¡ya sabe echarse agua de una botella en un vaso!

   «¡Mami, mira, Rodri se está intentando echar agua solito!»

  Al menos realiza todos los pasos, lo intenta, aunque es cierto que aún le falla la fuerza motriz y algo de coordinación, pero todo eso se trabaja, ya lo creo.

  «Pues ya ves tú, echar agua en un vaso»

   ¡Uyyyyyy! Si piensas eso es que DESCONOCES  la cantidad de procesos que implican ese pequeño gesto para algunos y tan tan grande para nosotros.
   Y es que, simplificando muy muy mucho se requieren grandes esfuerzos a nivel cognitivo y a nivel de función manual.
   Algo que las personas sin lesión cerebral o simplemente que ya dominan esta acción y la tienen automatizada, para un niño o persona en proceso de aprendizaje puede ser agotador y frustrante hasta llegar a conseguirlo.
   Parece que vamos por buen camino, por muy buen camino y es que la intencionalidad es tal, hay tantas ganas, que es cuestión de tiempo perfeccionarla.
   Así, simplificando muy muy muy pero mucho, sin terminologías ni palabros, se requieren logros tales como: 
   Comprender que ese objeto que es la botella si se inclina vierte el agua en el vaso.
   Comprender que se requiere coger la botella con una mano y el vaso con la otra.
   Comprender que cuando el vaso está lleno he de dejar de verter agua.
   Comprender que para ello he de volver a poner la botella en posición vertical.
   Comprender que para beber agua del vaso he de dejar antes esa botella en la mesa.
   Comprender que cuando dejo la botella he de taparla, aunque aún no lo consiga.
   Ejecutar la presión necesaria para que la botella se sujete a mi palma y no se caiga.
   Lateralizar esa acción, es decir, realizar el mayor trabajo de coordinación con mi mano preferente así como la ejecución. Y sí, es diestro.
  Buscar refuerzo visualmente con el adulto de referencia para poder consolidar la acción.

   Y la mejor

Disfrutar de mi agua con la satisfacción personal de saber que lo he hecho yo solito.

   Esa cara de satisfacción, esa mirada de reojo, esa risa canalla de haberlo logrado…buf…te eleva a los cielos.
   De momento estamos en el punto en el que se nos sale agua del vaso, el tema rosca lo llevamos regular-mal y la fuerza a veces nos falla y se nos vuelca la botella.
   Bueno, Roma no se construyó en dos días.
   Y convencerle de que es mucho más práctico intentarlo con una botella pequeña que no con una garrafa de 5 litros más grande que él, que quieras que no dificulta la tarea…
 
   Un pasito más cerca de ir logrando la ansiada autonomía, un pasito más.  

   

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