– ¿Has terminado las tareas?
– Bueno…hay una cosa del árbol que no me sé.
– ¿Árbol?
– Sí, el árbol donde salen los nombres de las ramas y hay que poner vuestros nombres.
– ¿Un árbol genealógico?
-¡Sí mamá, eso!
– ¿Me lo enseñas?
– Toma
– ¿Quién es José?
– No sé
– Y, ¿por qué lo has puesto al lado de la abuelita?
– Porque lo ha puesto mi amiga Alejandra.
– A ver hija, vamos a borrarlo y ven que te voy a explicar…

   Y en esas nos encontrábamos con la mediana hace un par de semanas, con un gran lío familiar y muchas preguntas.
   El ejercicio no habría tenido más trascendencia de no ser porque ella sólo tiene una abuela viva en la actualidad, la única que ha conocido.
   Su abuela paterna falleció hace veinte años, su abuelo paterno diecisiete y su abuelo materno -mi padre- siete. Así que ella sólo cuenta con la figura de su «abuelita», que reside a casi 700 km de distancia pero con la que se encuentra muy unida.
   Por eso, al encontrarse esa cantidad de información por completar simplemente no supo cómo reaccionar y lo rellenó copiando a la de al lado. No quería entregar la tarea «casi vacía».
   Qué penita, ¿verdad?
  Entonces su padre y yo le explicamos que, aunque ya no estaban con nosotros podía añadir sus nombres porque eran sus abuelos, parte de la familia.
  Y ella desde siempre pregunta, cuando ve fotos, cuando se nos ocurre alguna anécdota, cuando hablamos de cuando éramos pequeños…
   Fue en ese instante cuando me di cuenta de que ese trabajo que había traído a casa podía ser una herramienta fabulosa para que los niños aprendan cosas de la familia y recuerden a aquellos que no queremos que desaparezcan de sus vidas.
   Cuando estudiaba en la facultad, tuve que elaborar un Genograma familiar hasta tres generaciones. Fue una labor lenta pero muy gratificante. Me dio la oportunidad de indagar en mis dos familias, entender las relaciones afortunadas -y menos afortunadas-, descubrir perfiles que jamás se me habrían ocurrido que podrían pertenecer a antecedentes míos. Historias de amor, de lucha, de trabajo, de héroes, de desengaños,…Me sirvió para redescubrir parte de mi esencia. Y me gustaría que mis hijos no fueran menos.
   Muchos niños tienen la suerte de estar rodeados de familiares. Tienen a esos abuelos, primos, tíos a un tiro de piedra, a veces puerta con puerta…pero los míos no. No tienen a nadie cerca y tan sólo en Navidades y verano tienen la posibilidad de reencontrarse con esos primos y tíos que deben recordar de nuevo ya que aún son pequeños y se olvidan. Además, al ser una familia corta se hace más imperiosa la necesidad de estrechar vínculos al igual que yo hice en mi día con mis primos, compañeros de juegos, amigos y confidentes.
   Los árboles genealógicos pueden ser una oportunidad para acercar a los pequeños a esos familiares, mediante el diseño de sus ramas, aportando fotografías, material que refleje intereses, hobbies o algo que los caracterice, y puede ser un trabajo divertido en familia.
– Podemos dibujar el árbol con ellos o utilizar alguno de los numerosos ejemplos para descargar existentes en la red.
– Según las edades, les podemos plantear que escriban los nombres de los familiares que recuerden, incluso los que ya no estén. Cuando vayamos a ordenarlos surgirán las relaciones y nos irán preguntando. Así comenzarán a investigar, descubriendo que en la familia somos muchos y que también esos abuelitos, tíos, padres que no están, también son familia.
– Si podemos conseguir fotos será fantástico, si no pueden incluso dibujarlos.
– Podemos incluir recuerdos, anécdotas de nuestra historia y de su historia. Hacerles participes de semejanzas, que sepan que su tío tenía también esa mancha en la pierna, o que su abuelo se pirraba por el chocolate como él o ella. 
   En fin, que las posibilidades son innumerables.

   Considero que no hay edad mínima. Los más mayores pueden escribirlo ellos mismos y los más mayorcitos aún indagar hacia atrás en los bisabuelos, tatarabuelos…o en otros familiares que hayan sido figuras clave en la historia de los papás.
   Yo confieso que pasé un rato muy emotivo, junto a mi marido y mi hija,
   Para realizar la actividad podemos tomar como ejemplos árboles para descargar como el que la mediana ha trabajado en el aula:
                                               
   U otros
                                   
         
   Y, como curiosidad, he encontrado este vinilo decorativo de tenvinilo que te da la posibilidad de integrar fotografías. Me parece muy original.
                                          
   Por último, puede ser un regalo casero para hacer a los más mayores, muy bonito y personal Y es que yo soy muy de estas cosas,,,
   ¿Han trabajado vuestros peques la familia extensa en el cole?¿Qué os parece la idea?
   

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