Foto: Cristina Mittermeier

   20 de Enero, 19 grados a las seis y pico de la tarde, y aquí sigo luchando con #Elde4 para que se quite el gorro y la bufanda.

   Y él, con la cara constreñida, que no sabes si va a llorar, a estallar de rabia o a soltar una carcajada, acaba dejando deslizar una lagrimilla.

   – ¿Pero por qué lloras?
   – Por nada
   – Por qué….
   – Porque al final no me he ido al polo sur.

   Sí queridos, al final se mascó la tragedia y es que llevábamos desde el 5 de enero con la perra de querer irse al polo sur. Por algún motivo que se nos escapa hoy era el día H pero no ha salido como él esperaba (ni nosotros) y ahora se respira la desazón en el ambiente.
   Todo empezó con un:


– Mami, lo siento pero me tengo que marchar al polo sur.
-¿Y ESOOOO?
-Porque sí. Me tengo que ir ya.
-Pero, ¿con quién te vas?¿sólo?
-¡No mami! ¡Qué tontería!Con mis papás esquimales…
– Ah, que tienes unos papás esquimales…
– Sí.
– Y ¿cómo te vas?Porque hay que coger barco, avión…
-Noooo. Viene mi papá esquimal a recogerme en coche. Tengo que preparar mi maleta y mis animales del polo sur.
– Allí hace mucho frío
– Sí. porque es el Polo. Por eso tengo que coger gorro y bufanda.
– Ya. ¿Y el cole no lo vas a echar de menos? A la seño Begoña, a la seño María…
– Bueno sí, pero allí tengo el cole esquimal de animales. Es que me tengo que ir. Allí está la foca, el león marino, la beluga, el mono ártico, el conejo ártico, la serpiente esquimal…
– A ver hijo, que una cosa es el Ártico y otra el polo Sur.
– Uy sí claro, qué tontorrón…Pues entonces conejo del polo sur, mono del polo sur, serpiente del polo sur…
– Pues vale.
– ¿Y cuándo te vas?
– Mañana.
– Jo, pues ya es casualidad ya que te vayas a perder los Reyes magos. Bueno, no pasa nada.
– Bueno…casi que mejor me voy otro día. Que si no te pones triste…

       Y ahí se quedó el tema hasta hoy:

NIño-Polo-imaginación-blog-aventura– Bueno, pues voy a preparar mis cosas que me voy al Polo Sur.
– Otra vez hijo, ¿pero ya, ya?
– Cuando llegue papá.
-¿Y tus cosas?
– Todo preparado.
-Y ¿no te da pena?
-Si, vente.
– No puedo hijo. Pero tú podrás venir cuando quieras.
– ¿Y todos mis juguetes?
– No te caben en la mochila
-Bueno, allí seguro que tengo juguetes esquimales. Ponme la bufanda. 

   Y no veas el berrinche porque al final el padre y yo no hemos podido acompañarlo al barco porque se iba. Que SE IBA a la calle, tal cual.
   Sin modo de convencerlo. 
  Al final. la falta de billetes parece ser la excusa que le ha convencido y en estos momentos está con su pijama europeo jugando a juegos continentales y comiendo comida de latitudes templadas.
   Ya veremos mañana. Ya.
   Y digo yo, ¿es que no se puede ir de viaje, qué te digo, a la playa, al patio, al baño? ¿Tiene que ser al Polo?
   Me encantan estos arrebatos de imaginación. La creatividad en los niños es algo asombroso. Cómo pueden construir mundos, historias, aventuras desde lo más insignificante y vivirlo con tanta intensidad, aunque en ocasiones sea demasiada.
   Vamos a ver qué es lo siguiente, que no sé porqué me da que se debate entre tierras australianas y barcos piratas. Estaremos atentos…
 
   ¿Y tus hijos?¿Qué arrebatos de imaginación te han regalado?

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