…Y de nuevo otra lección de la que aprender, además de una sonora disculpa por mi parte por volver a desconfiar en sus posibilidades, en su saber estar…
   Porque de nuevo, los escollos no vienen impuestos de fuera, sino que son germinados en el propio seno familiar.
   Ya lo hiciste rompiendo barreras y prejuicios ante tu primera invitación a un cumpleaños.
   Porque tras esa enclenque figura espigada y desgarbada, silenciosa, de ocho años, se esconde un recipiente rebosante de habilidades, de capacidades, de información, de recursos, esperando su momento para salir a la luz y asombranos a todos. Porque cada día confío más en ello.
   Porque la cosa no era para menos: hacer un viaje desde Melilla a Zaragoza, pasar dos días en un hotel, con la agenda hasta arriba porque papá celebraba 25 años de su promoción, rodeado de gente, mucha, mucho ruido, ninguna rutina, y falta de predictibilidad.
   Y yo, durante semanas con el nudo en el estómago anticipando rabietas, estrés y angustia.

Discapacidad intelectual-Retraso madurativo-normalización-inclusión-ocio-AGM-rejura-Zaragoza

   He de decir que Rodrigo ve una maleta y ya se pone más alterado de lo normal, o al menos es la relación causa-efecto que hemos establecido. Hiperventila, se autoestimula y grita más de lo habitual. Y lo demostró con creces las numerosas horas de viaje en las que no fue capaz de dar ni una cabezada mientras sus pulsaciones iban disparadas, chillaba, daba palmas con la música y tiraba del cinturón de seguridad al padre. Algo frecuente y normal, pero incrementado por cinco. 

   He de decir que llegó al hotel y lo primero que hizo fue tirarse al suelo,. Gente por aquí, gente por allá, saludando, que se acercaban «¿Y tú quién eres? No te conozco de nada, no me mires, no me toques y mucho menos me des un beso».
   He de decir que lo llevamos practicamente a rastras a la habitación. Desorientado. Pero tratamos de explicarle y en cero coma ya estaba subido a la cama y durmiendo la siesta como si de su habitación se tratara.
   Fue capaz de estarse quietecito para hacerse una foto solo. La primera vez.
   Y de acompañarnos a dar un paseo, algo que no le agrada porque no tiene un objetivo concreto para él, por una calle céntrica y abarrotada.
   Disfrutó – a su manera- de los diversos actos sentado, observando, riendo…Con sus momentos, pero sin arranques, rabietas ni pataletas. Entendió donde estaba, entendió el contexto y se dejó llevar, y nosotros en la distancia, vigilantes, y él devolviéndonos una de esas sonrisas.
   Permaneció en silencio cuando debía. Aplaudió cuando debía. Me volvió a sorprender con su capacidad de comprensión tras mis explicaciones. 
   Aguantó una cena de gala como un campeón, hasta la madrugada, y, aunque esta madre agobio no dejaba de preguntarle, sonreirle, acariciarle, la mano, devolverle los besos solicitados, pude respirar y soltar tripa al menos durante unos momentos. 
Rejura-Zaragoza-Discapacidad intelectual-normalización-inclusión-blogger-blog

   No nos despertó de madrugada con sus habituales griteríos, sino que ante mi perplejidad, descansó cuando había que hacerlo, como si supiera que no estábamos sólos, y que había unas normas.

   En definitiva que desde su inmadurez, supo entender la importancia de estos días, y desde el respeto a sus ritmos por nuestra parte, conseguimos conjugar placer y rituales de una manera armoniosa y lo menos amenazante para él.
   Confianza es la clave.
   Porque aunque el lenguaje siga ausente, se empeñe en darnos la espalda. Aunque sus vías de salida estén atascadas y no veamos florecer todo su potencial, el trabajo da sus frutos, y su lucha diaria se manifiesta en estas pequeñas-grandes aventuras, un reto para él y para nosotros.
   Nunca hay que dejarles de hablar, de contarles, de explicarles, de anticiparles lo que va a llegar, porque, aunque parezca que su residencia a ratos se encuentra en Babia, comprenden más de lo que nos imaginamos. Y mi inspiración hecha carne cada día me asombra y emociona más con su capacidad de entendimiento, la cual creo que está a unos niveles muy muy altos.
   Así que gracias. Gracias por estos días, Por la lección.
   Porque nuestros pequeños luchadores se merecen estos cambios, se merecen la oportunidad de salir, experimentar, aprender, vivir cosas nuevas lejos de la protección y lo habitual, y se merecen que levantemos las barreras. 

 

Loading