– Chicos, mami ha ganado un premio muy importante para ella.
   -¿Si? ¡Qué guay! ¿Y que te dan?
   – Una estatua muy chula, ya lo veréis. Estoy muy contenta.
   – ¿Como un trofeo de Mario Kart?
   – Si hija, lo mismo.

Así amanecía yo, con mucho sueño, más ojeras y un premio.
Un premio.  
En mi vida he ganado una triste medalla, ni de consolación. Los deportes de competición nunca fueron lo mío, y aunque niña empollona y lista era la eterna segundona.
Bueno, miento, una vez gané una competición en Catequesis, y me regalaron una bolsa de chuches, mira tú…

Cuando me presenté a los Premios 20 Blogs lo hice con la motivación de darme a conocer, de lograr intentar llegar a más gente para que este proyecto cobrara más fuerza, así lo compartía hace unas semanas cuando invitaba a todo el mundo a participar.
Y llegaron los resultados y ¡quinta en mi categoría!, más, mucho más de lo que esperaba. En ese momento, para mí, los premios llegaban a su fin, hasta que un 2 de abril, nada más levantar, enciendo el móvil y me encuentro esto:
Mientras mi queridísima Olga, de Cuéntamelo Bajito, estaba pendiente, yo andaba por los mundos de Morfeo, arañando horas de sueño, y sin más preocupaciones que el temor a que llegara la hora de despertar de mis cachorros.
¡Finalista! Locura desatada, incredulidad…Porque, una cosa es llegar hasta ahí porque tus 38 primos movilizan a sus chupipandis para que te voten, y otra muy diferente es que un jurado haya decidido que tu pequeño blog, ese en el que te expones tantas veces, en el que hablas de lo que te nace, ese pedazo de tí, merece ese lugar. Es increíble.
Y fueron pasando los días, hasta que llegó el día. El día.
No hubo manera de encontrar vuelo para la gala, y sí, me dio mucha rabia no poder acudir a este evento único -que sé positivamente que no se va a repetir- pero tampoco me rasgaba las vestiduras porque no esperaba nada.
Entonces a media tarde comenzó el meneíto de mensajes y tweets.
Pilar, mi Pilar de Postres Originales, flamante ganadora en la categoría de Gastronomía me llegó a preguntar en tres ocasiones si quería que su hermana me recogiera el galardón, a lo que yo siempre contestaba con un emoticón en plena carcajada. ¿Qué premio?¿Y mandar a alguien?…
Y empezó la gala, y más mensajes, y, entre pijamas, pañales, huevos rellenos y vasos de leche, iba contestando mensajes y actualizando twitter, mientras escuchaba a Bob Esponja de fondo por un lado y la radio por otra. Vamos, súper preocupada…
A una velocidad vertiginosa, la cosa volaba. ¡Pero Volaba! A minuto por premio. 
¡Sí, Postres Originales ganador! ¡Bien! Y entonces, entonces empezaron…

Y mi Catalina, de Mamá también sabe, a grito pelado, entre el histerismo y la emoción más desatada me gritaba desde Madrid: «¿¿Y quién te recoge el premio??»
                                

Como una loca  mandando mensajes mientras la ruleta corría: Medio ambiente, Motor, Música, Personal…
¡Ay madre, con lo tranquila que yo estaba! 
Llega mi marido…

-«¿Se sabe algo?»
– «No, ¿vemos The Magicians?»,

manteniendo una fingida compostura, tumbada en el sofá, actualizando la cuenta de @premios20blogs y todavía con las pulsaciones en orden y el corazón en su sitio. Entonces…
   Tres veces lo tuve que leer. Tres. Miré a Luis y le solté un 

-«HE GANADO, ¡HE GANADO!!»
-«¿HAS GANADO?»
-«SÍ, ¡HE GANADO!»
-«¿HAS GANADO?»

Así en bucle, como dos tontos.
¡Qué fuerte, qué fuerte, qué fuerte…!
Yo, viendo las fotos de los ganadores, las joyacas de la «Sencilla» Issasaweis, los modelets, con mi pijama y moño casualwear.
Cuando se me quiso ir el subidón post resaca tuitera, leyendo miles de mensajes (algunos menos pero no muchos menos, momento egoblogger) eran la una pasadas, y no, no he dormido casi nada.
Sin desperdicio los tuits de Catalina, que parece ser que con la emoción escribe hasta en portugués…

Y Sí Psicomami, yo también tengo un premio ya

Y podría pasar horas colgando pantallazos tan emocionantes como estos…
La sensación…indescriptible.

No me puedo creer que haya ganado esto. Que hayan considerado que tiene la calidad y el valor suficientes, y eso he de agradecerlo a los del otro lado.
A los que lo leéis, porque un premio sin comunidad detrás es una tortilla sin huevo, unas bravas sin salsa, un brownie sin chocolate..
Gracias a todas esas familias que vencen vergüenza, miedos y se abren a este espacio compartiendo con nosotros su historia, Es muy grande lo que hacen, de una generosidad incalculable.
Porque sin estos niños, sin Rodrigo y sus enseñanzas, sin Aitana y su ejemplo, sin Alejandro y sus trastadas, esto no habría sido lo mismo.
Porque sin la paciencia y apoyo de Luis, no habría seguido adelante y me habría rendido hace tiempo, porque sacar horas para atender un blog y tratar de hacerlo lo mejor posible requiere tiempo que todos sabemos, con niños, es menos.
Ese jurado que ha considerado que la diversidad merece un lugar especial.
Y mi reconocimiento a mis compañeros de nominación, Fotopets y Trabajo social penitenciario, grandes profesionales.
¡Ay, qué alegría chicos!
¡Gracias, gracias y gracias!

 Y ahora, ¿dónde coloco el Enekito?¿Sugerencias?

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