Reivindico mi espacio en el blog, como sufrido marido de una bloguera para exponer mis experiencias, ayudar a unos y alertar a otros para no llegar a mi misma situación. A ser posible, sin que se entere la susodicha, que el que lo pagará luego seré yo.

El comienzo.
Sólo nosotros sabemos lo que implica ese inocente comentario “voy a escribir un blog, es sólo escribir un par de textos (todavía no eran post) a la semana”.
Ahí comenzó todo.
No hice mucho caso, no sabía lo que significaba, que uno sólo seguía blogs de tecnología, algunos de tebeos, poca cosa más: “Que bien cariño, eso es muy interesante, y además tienes mucho que compartir”.
Escuchadme: No, no caigáis. Poned problemas, quitadle esa idea de la cabeza. Sé que puede parecer injusto, pero hacedme caso, cualquier cosa es mejor, proponed alternativas, por mucho que puedan parecer imposibles, os aseguro que a la larga es mucho mejor. «¿Nos compramos un poni?, ¿nos inscribimos en un equipo olímpico de saltos de esquí y entrenamos en casa? ¿Quieres que empecemos a criar osos panda?» Lo que sea.

Porque al principio todo es normal. Apenas hay cambios en tu vida. Incluso te preguntan cosas, te piden tu opinión…Lees noticias de que la gente puede ganar mucho dinero con eso de los blogs, que si Ronaldo cobra 20.000 € por un tweet, que si una bloguera de moda gana no sé cuánto… Y quieras o no, te haces ilusiones…mira qué bien, me va a retirar.
Inciso. Nunca, nunca le preguntéis, vamos ni insinuéis, si eso del blog da dinero. Al parecer eso sólo pasa con los de moda, videojuegos, personas famosas,… pero los suyos no. Que no lo hacen por eso, que es un hobby, un pasatiempo.
Fin del inciso.
El caso es que después de postear (ya no escriben), empiezan a seguir a otros blogueros (¿pero cómo es posible que haya tantos?), y claro, hay que contestar a los comentarios y comentar otros blogs.

La evolución.
De pronto tú, que tenías una cuenta twitter años ha, ahora eres un aficionado, un “simple usuario”. Y ya no te pregunta cosas, ni te pide tu opinión.
Es más, desarrollan una mirada especial. Creo que es algo nuevo fruto de la interacción con las
nuevas tecnologías, ¿cómo se explica si no que en una misma mirada haya pena, superioridad moral e intelectual, un “pobrecito, que poco sabe”, esa condescendencia, y a la vez una amenaza nada velada “no sigas o ya sabes lo que hay”, ” por qué te metes donde no sabes”? Insisto, sólo ha podido desarrollarse por una evolución de un área específica del cerebro de los blogueros. Y cuando te la lanzan, no trates de aguantarla, y nunca, nunca, opines. Sólo, baja la mirada y musita un “sí cariño” Y si puedes, evita incluso eso.
Si esbozas una sonrisilla, si vas a decir algo, de pronto, esa mirada…da miedo, de verdad… y si encima te dice algo así como “anda, mira a ver qué ponen en la tele”, entonces sabes que está en otro nivel. Y ya intuyes que nada volverá a ser como antes, y te preguntas por qué no compramos el poni… ahora estaríamos con Brisa (¿es un buen nombre para el poni?) y no mirando de soslayo como teclea como una posesa.
Si tratas de preguntarle qué haces, cómo te va, la respuesta es siempre la misma: “si es que no me da tiempo, que esto tiene mucho trabajo, que hay que comentar, seguir…, que si esto de twitter, que si aquello de Facebook…”
«¿Pero no era sólo un blog?» Dices ingenuo. Y otra vez la mirada, esa mirada… Ay, ¿dónde estás Brisa?
Y entre todo ese agobio, ese no dar abasto, ahora resulta que tiene que abrir una cuenta en Instagram.
Por supuesto, aquí hace ya tiempo que no tienes ni idea de lo que escribe, de con quien se escribe o para qué. Sólo sabes que cuando se digna hablar contigo, todo tiene hashtag, es SEO, o hay que categorizarlo. Y ya no postean, publican. Ya no contestan mensajes, dinamizan el blog ¿Recuerdas eso de que era sólo un pasatiempo?
Hay algo que no alcanzo a comprender. Si todo es tan estresante, si todo agobia tanto, y no va a poder vivir de ello, ¿Por qué sigue? ¿Por qué se ríe tanto? ¿Por qué quiere quedar siempre? Son dudas que no llego a comprender.
Eso sí,  empiezas a controlar lo que dices por aquello de que no te vayan a hacer un post…

Los eventos.
Mirada-post-eventos-regalos-kit-SEO-papábloguero-blogger-blogueraEntonces empiezan los eventos. “.. cosas importantes, no sólo por lo que ves, también por la gente que conoces, y la cantidad de cosas que aprendes…” Cosas que por supuesto tú no entiendes. Y hablando con Brisa, empiezas a pensar que poner un trampolín de esquíes que salga desde la ventana tampoco sería tan difícil.
Sus amigos ya no son los de antes. Son como ella. Y todas tienen esa mirada. Cuando se juntan, todo parece normal. Un abrazo, alegría, cómo te va… hasta que te presentan:

  – Éste es Fili…
 – ¿Sí?, ¿y cuál es tu blog?

Y antes de que puedas decir nada:

    – No, él es sólo mi marido.

 «¿Sólo su marido?»..Pero no se te ocurre levantar los ojos del suelo, que todas, todas, te están mirando. “me voy a por una cerveza, ¿queréis algo?”, o cualquier cosa para salir de ahí. Cuando te marchas, escuchas cosas como “pues parece majo”, “cómprale una mascota”, “que haga deporte”… y ya estás pensando en saltar con Brisa por el tobogán. O pasas al siguiente nivel, que tampoco puede ser tan difícil criar pandas en cautividad (¿alguien sabe un buen nombre para un Panda?)
Evidentemente, no vuelves a ir. Y ahora que vamos sincerándonos, ¡qué eventos! Por lo menos los que yo conozco. Todavía no sé de ninguno donde se pueda tomar una cervecita, como hacen las personas normales. Venga papillas, accesorios para recién nacidos, pañales, cremitas… Y no os quiero decir nada de las discusiones posteriores: colecho, lactancia, homeschooling… y cosas parecidas de las que prefiero no opinar. Más que nada por no posicionarme, que aunque no tengo ni idea de ninguna de ellas, lo que sí sé es que generan unos antagonismos que ríete del Madrid-Barça. Esto es clave: nunca, NUNCA, tomes parte sin estar 100% de que es lo que ella dice. Las blogueras no olvidan.


Un mundo aparte.
¿Y qué os puedo decir de la forma en la que ahora habla? Cada día noto como se abre una brecha cada vez mayor entre nosotros. Sobre todo cuando hablan entre ellas, nunca sabes qué dicen. Escuchas “estoyonfire” y ya te haces ilusiones de lo que vendrá luego… pero no, no debe ser eso, que a continuación escuchas “matamecamión” o cosas parecidas. Y si le preguntas, resulta que son hashtags… ¿y cómo se supone que debes contestar?… Y ahí está tu error. No tienes que contestar, eso no va contigo. Da igual que estéis solos en la habitación, está “compartiendo”  en voz alta a través del teléfono, Tablet u ordenador.
Cada vez te arrepientes más de no haber comprado tu primera pareja de pandas…

Los regalos.
Llegan las navidades, y te dice que ya sabe lo que quiere para Reyes:

– Algo para el blog, que está muy frío y triste.

“Ya está» – piensas – «ha enloquecido, cree que es una persona” Pero no te atreves a decir nada y ya estás pensando dónde comprarle un abrigo y un jersey al blog.

–  Quiero que me hagan una página nueva.

Ah, era eso.
Comienza entonces un tiempo impagable descubriendo dónde quedan mejor las pestañas (ni se te ocurra hacer el chiste fácil, recuerda la mirada), dónde las palabras clave y qué colores son mejores. Repito, impagable.
Los regalos ahora requieren largos estudios previos. Tienen que ser profesionales. “Necesito mejorar los dibujos, las fotos que pongo, que fíjate como lo hace éste” . Y sabes que el siguiente regalo será una tableta, sensible a los niveles de presión. Ah, y con curso de aprendizaje, curso, que por supuesto, no es el que necesitaba… “¿es que no me escuchas?”… Claro, como comprendo todo lo que dices… Y eso cuando se digna a hablar conmigo de algo del tema.
En este punto, el teléfono ese que tanto te gustaba para ti, y que todo el mundo dice que hace fotos estupendas, ahora se ha quedado obsoleto. Y resulta que la réflex, que cuando compré no necesitábamos, ahora resulta que se queda corta y encima no graba en video.  Y cuando le propongo enseñarle a usarla me lanza la mirada… que ya le enseñará una amiga. Y te preguntas ¿Qué altura tiene un trampolín olímpico? ¿sería suficiente con el patio o habría que ampliarlo?
Pero sigues apoyándola, una mezcla del amor prometido y del miedo a la mirada. Y cuando crees que ya lo tienes todo, resulta que alguien ha comprado un kit de iluminación profesional de fotografía. No pasa nada, así sabes qué le puedes regalar en su cumpleaños.
Y entonces te llama para que veas otra página.  “¿te has dado cuenta de lo bien que quedan esas fotos?… claro, se han preparado una habitación para eso, que en uno de los eventos nos explicaron cómo preparar  los vídeos”… En serio, ¿ahora tenemos que hacer obras en casa?… Pero si no tenemos sitio…

Acabo ya. Me he enterado de que la Ciudad de la Luz en Alicante alquila estudios, y quiero adelantarme porque ha empezado a decir que quiere hacer videoblog…. ¿cuánto bambú comería un panda?

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