Hoy voy a hablaros de un libro que me encanta y que de seguro muchos de vosotros conoceréis: El cazo de Lorenzo.
Diversidad-discapacidad-aceptación-concienciación-diferencias-blog-Carrier
De la misma autora de Por cuatro esquinitas de nada, Isabelle Carrier nos presenta una preciosa metáfora que refleja las dificultades que ha de afrontar un niño con discapacidad durante su día a día.
La historia es muy muy sencilla y breve: Lorenzo es un niño que debe llevar consigo siempre un cazo rojo a rastras.
Éste le complica muchísimo afrontar cualquier obstáculo, cualquier situación.
Hay personas que no entienden el hecho de llevar un cazo rojo; les molesta, y no hacen por entender.
A pesar de las muchísimas cualidades que tiene, llega un momento en el que Lorenzo decide esconderse, hasta que alguien se cruza en su camino y le ayuda a ver sus capacidades, a adaptarse y a aceptarse.
Y es que refleja de una manera muy certera la manera de afrontar una discapacidad, no sólo en relación a la persona implicada, sino también respecto a su entorno.
El saber que esa diversidad forma parte de uno mismo, que hay que convivir con ella y que se puede seguir adelante.
El hacerle ver a Lorenzo la cantidad de cualidades, de capacidades que tiene, y que con unas pocas adaptaciones puede sortear el día a día perfectamente. Ojo, aquí yo haría el hincapié en que sí, Lorenzo se adapta, pero la sociedad también debe adaptarse a él.
El saber que esconderse, negarse no va a hacer que todo desaparezca o se borre, sino que acabará siendo marginado y sintiéndose sólo y triste. Gracias a que siempre hay gente ahí, es capaz de aceptarlo y seguir adelante.
Yo no puedo dejar de pensar en aquellos niños o adultos que se esconden, por voluntad propia o la de sus padres, que no salen, que no participan en la sociedad por miedo o vergüenza. Yo les diría que se tiren a la piscina, pero siempre acompañados. Que el mundo es muy grande y que, aunque hay muchos lugares oscuros en él también los hay con mucha luz.
En un principio no sabía cómo iban a reaccionar mis hijos. No les comenté de qué iba, tan sólo lo leímos y después les puse el vídeo.

«Uf, ¡qué difícil ir con siempre con el cazo mamá!».

Así que estuvimos viendo paralelismos entre Lorenzo, el cazo y su hermano Rodrigo. Como, por ejemplo, que el hecho de no poder hablar no impide que pueda comunicarse, pidiendo algunas cosas con gestos, con la mirada, guiándonos… o cómo el no tener suficiente fuerza motriz para sostener algunas cosas no debe impedir que pueda cogerlas, por lo que se lo ponemos todo al alcance..o que aunque le cuesta mucho estar con gente salimos, aunque sea poquito rato porque no puede estar siempre en casa…
Lorenzo, gracias a la idea de una maravillosa persona, mete el cazo en un bolso y, ¡oye!, es todo mucho más sencillo, porque, aunque el cazo SIEMPRE irá con él, ahora la carga es mucho más liviana…
Es un libro en el que la aceptación de las diferencias se trata de una manera muy tierna, con el que podemos concienciar, sensibilizar y enseñar a los más pequeños.
¿Lo conocíais? Si no es así os invito a leerlo. Pod adquirirlo en este enlace.