Llevo varios días algo pesada con el tema pañales para niños mayores, pero perdonadme, es que estoy que trino.
Pongámonos en situación.
Tengo un niño con casi 9 años, que está tremendo de altura, muy delgado pero fibroso y que no tiene ninguna intención de dejar el pañal ni de día ni de noche. Y los existentes ya casi no le valen.
El mercado está pensado para que un niño deje el pañal sobre los tres años, más o menos, ya sabemos que las diferencias individuales en este tema son caprichosas. Luego está el tema pañal nocturno que puede ir a la par que el diurno en abandono o retrasarse algunos años.
Tema aparte es la Enuresis, diurna y/o nocturna que merece todo un post al margen y del que ya hablaremos porque en casa lo estamos viviendo con el pequeño.
Pero a lo que voy.
Sucede que hay niños que no controlan esfínteres llegada esa edad, por mil motivos. Ni que decir tiene los niños que no son «normotípicos». Niños con enfermedades, con alguna discapacidad que habitualmente suelen retrasarse más en esta adquisición, y muchos de ellos no llega a controlar nunca.
Cuando esos niños rebasan los 25 kilos aproximadamente, ¿qué ocurre con los pañales?
Mi hijo pesa unos 26-27 kilos, pero está en 1’33 aproximadamente. Hace tiempo que de tiro le llegan justos muy justos, incluso los que son hasta 28 kilos. La mayoría de los días los adhesivos se rompen o directamente el pis o la cacota se escapan. Y por la noche el desastre es mayor. Esta mañana sin ir más lejos me ha tocado cambiar y enjuagar sábanas a las 5 y media, además de fregar suelo y desinfectarlo de pies a cabeza.
Los pañales del mercado llegan hasta los 30 kilos (caso de Moltex) y luego ya pasamos a las gamas nocturnas como los DryNites de Huggies, los Happyjamas de Dodot o los pañal-braga de Mercadona. Hablamos de las diferencias entre unos 40 cts la unidad en la talla 6 de Moltex, que ya me parece caro, a los 90 céntimos o 1 € la unidad en los nocturnos, excepto los de Mercadona que andan por los 66 cts.
Si tenemos en cuenta que hay una media de 5 cambios al día, eso si no hay trastornos intestinales de por medio, el gasto mensual en pañales es brutal. En una familia, con un sueldo, puede llegar a ser un coste importante.
Ortopedia-farmacia-diappers-adult-niños-mayores-discapacidad-blogPor otro lado tenemos ya los pañales de farmacia gama adulto en su vertiente más pequeña. Son los que le ponen en el colegio y sí, lo aguantan todo, no se sueltan, no se rompen, pero le cuesta moverse horrores ya que va enfundado, y no le cabe con los pantalones. O sea, que se le caen porque los pañales son tan grandes que el pantalón se escurre. No llega el tiro. Es incómodo para él, práctico para retener pero nada práctico para la movilidad.
Y esos pañales no son baratos, salen a una media de euro por pañal. Incluso si es algo menos, sigue siendo una ruina.
Los de tela no me sirven. Las deposiciones de un pre-adolescente creedme, no son las mismas que las de un bebé de 12 meses. No.
Hay comunidades que los cubren por completo, otras que dan ayudas anuales -del todo insuficientes si tienes la suerte de que te las concedan, pero menos da una piedra-, y otras que ni eso.
Así que estoy cabreada por partida triple, por la poca consideración por parte de las empresas en cuanto a estos niños y sus necesidades, haciendo de una necesidad un negocio; por las diferencias entre autonomías algo que discrimina y que provoca que tener una discapacidad según qué lugar es una carga económica o no, y por los fabricantes de ropa y esa manía de los talles bajos, como si nuestros niños no tuvieran la necesidad de vestirse (ya os hablaré de la ropa adaptada y mi experiencia en Kiabi Francia).
No sé si soy yo que ya estoy obcecada y no veo más allá.
Si alguien comparte mi enfado, si tiene soluciones que se me han escapado, por favor, decídmelo y tomaré buena nota de ello.
Entre todos igual podemos hacer fuerza u obtener soluciones…

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