A lo largo de estos últimos cinco años dentro del sistema de Educación Especial hemos conocido a grandes, grandísimos profesionales y mejores personas aún. Mi hijo no ha podido estar en mejores manos y gran parte de cómo es él ahora se debe al magnífico trabajo que día a día y pacientemente han realizado.
   Ahora bien, en cuanto a temas de Autismo se refiere, la persona más especializada y profesional que tengo la inmensa suerte de conocer, sin duda es Cristina Rodriguez Feijoo, la primera maestra que tuvo #Elde8 en el desaparecido colegio Adarve.

   Tenéis que conocerla, es una pelirroja delgada y vital, como yo digo, un culillo inquieto, siempre de un lado a otro, sonriendo, ideando, Actualmente desarrolla su trabajo en el Colegio Monserrat de Madrid como Pedagoga Terapéutica y es, además, Terapeuta en la Fundación GATEA  


   «Día Mundial de
Concienciación sobre el Autismo
   Hoy,
2 de abril se celebra el Día Mundial de
Concienciación sobre el Autismo
y una gran persona/madre/amiga, me ha
pedido que escriba en su blog cuatro líneas, un breve resumen sobre mi
experiencia con las personas con autismo con las que trabajo a diario.
   Escribiría
mucho más porque la concienciación no es solo el trabajo y la visibilidad de un
día. Hoy se hablará de que cada vez hay más niños con TEA en las escuelas
ordinarias, compartiendo aula con niños y profesores que hasta hace poco nada
sabían sobre autismo. También oiremos que hay mayor visibilidad; padres que
salen cada día a luchar por un mundo más accesible para sus hijos, adultos con
TEA reclamando su derecho a estudiar, a trabajar, a pertenecer de pleno derecho
a la sociedad en la que viven.
   Y
es un día para recordar que la INCLUSIÓN
de las personas con TEA es tarea de
TODOS.
Y es donde quizá esté mi granito de arena, en mi trabajo en un cole
inclusivo, con aula TGD y donde conviven alumnos con “capacidades diferentes”.
   Creo
que hay un cambio real, es un buen comienzo, pero no debemos parar ni un solo
día, porque ellos NO paran.
   Si
tengo algo claro, es que la inclusión
puede y debe ser,
y trabajamos para que sea real, pero nos queda mucho por
cambiar. Y este cambio tiene que ser nuestro, es decir, de profesionales,
compañeros, familias y entorno. A veces tengo la sensación que son nuestros
alumnos los que se están adaptando permanentemente a todo lo que les rodea, y
esto supone un estrés y a veces un coste elevado para personas que sabemos
necesitan de entornos estructurados, anticipación, adaptaciones metodológicas
en las que demos prioridad a lo visual, etc. Una jornada escolar supone un
esfuerzo enorme del que a veces no somos conscientes; cuando se acaba una clase
y salen todos al patio, ruido, gritos, espacio abierto, balones y niños
corriendo; el comedor!!!!!, grandes batallas con los problemas que presentan
muchos de nuestros alumnos con la comida, a los que se suman más ruido, más
niños; las clases en las que no solo habla el profesor, sino que los compañeros
hablan bajito, o alto, se escribe rápido en la pizarra, mandan tareas que hay
que apuntar en una agenda que no está encima de la mesa y que a veces por falta
de tiempo, no nos fijamos si han apuntado todo, exámenes, trabajos en grupo, y
así toda una jornada escolar.
   Debemos poner mayor empeño en la  formación de todos los profesionales
que participan del proceso educativo, concienciar
a las familias
de la comunidad educativa, conseguir que todos los alumnos
que comparten aula con personas con TEA sean conscientes de la necesidad de
entender y respetar las diferencias y por supuesto que los recursos, tanto
presupuestarios como personales sean los suficientes para alcanzar estos
objetivos. Y en este empeño y aprendizaje todos nos beneficiaremos.
   Disfruto
con cada éxito, cada examen superado, con los talleres de patio en los que
juegan con sus amigos, cuando nos cuentan que les han invitado a un cumpleaños,
o preparando la lista de amigos a los que van a invitar a jugar a casa,
solucionando conflictos por el dichoso fútbol, explicando “bromas” y riéndonos
a carcajadas cuando aprenden a hacerlas…grandes batallas de cada día!!
   Y
así espero seguir mucho tiempo, intentando facilitar la inclusión de nuestros
chicos en una sociedad que a veces va demasiado deprisa para ellos. Y sobre
todo espero seguir aprendiendo cada día, porque trabajar con niños con TEA es
un beneficio mutuo, nosotros facilitamos para que ellos aprendan, y ellos nos
enseñan y consiguen que cambiemos … y creo que siempre a mejor!!!!

Cristina
( PT en el Colegio Montserrat de Madrid y Terapeuta en la Fundación GATEA)»

Loading