Los festivales de Navidad. Ese gran misterio.

   Hay todo un universo en torno a los profesores excesivamente creativos y a esas licencias artísticas prenavideñas…

Atrás quedaron los pastores, pastorcillas, estrellitas y personajes belenistas varios.

  Ahora lo que toca es hacer un ejercicio de introspección a principio de curso, extraer traumas infantiles y darles forma de función navideña. Todo un proceso terapéutico.

De Chino. El de casi siete ha de ir vestido de chino para interpretar «El renito japonés». Muy típico de nuestro folcklore como todos sabemos.

   Y los otros van a formar parte de la «Suite del Cascanueces», uno de florecilla ambiental y la otra de ratón negro malo malísimo.
   Ahora bien, no te pongas a cantarles los peces en el río o Noche de paz porque te mirarán con una cara extraña, ya que no estás cantando con ellos ningún villancico en inglés o de la tradición sueco-finlandesa.
   Empezamos con los quebraderos de cabeza, ¿de goma eva o foam? ¿Una diadema con cartulina? ¿Una cinta de raso atada a una camisa grande? No hay chino suficientemente grande donde poder encontrar todo lo necesario, ni tiempo, ni paciencia, ni ganas…porque además está el amigo invisible del club de rítmica (que ha de ser un regalo casero que claaaaro está tendré que hacer yo, con estas manitas), y está el calendario de festivales, seis a repartir en una semana….
Y cuando estoy comenzando a hiperventilar, leo un tip en uno de  mis blogs de cabecera, Club de Malas Madres: «¿Cuánto tarda una malamadre en hacer un disfraz de estrella? Lo que Google tarda en encontrar una tienda donde comprarlo. Objetivo: sobrevivir a la Navidad«
   Y no sólo me resuelve el problema, sino que me quita un peso de encima, me hace ser una persona menos horrible por no ser una manitas habilidosa y además me inyecta una dosis de «qué-resolutiva-soy-que-lo-tengo-todo-preparado-ya».
   Así que, una vez solucionado el tema disfraces súper navideños, puedo centrarme ya en coger fuerzas para montar el mega árbol de Navidad en un par de días con mis dos elfos de ayudantes…que Dios nos pille confesados.